El singular cantautor JoaquÃn Sabina se mete la hostia de su vida en directo frente a 15.000 fans y termina en la UCI.
Con una evolución favorable tras la intervención quirúrgica a la que ha tenido que someterse el reputado cantautor como consecuencia del accidente sufrido el pasado miércoles, que para más guasa era su cumpleaños, todo parece apuntar a que en el futuro podrá seguir exhibiendo su bombín en próximos recitales.
El incidente se produjo a la media hora de iniciar el concierto que Joaquín Sabina ofrecía junto a Joan Manuel Serrat en el Wizink Center de Madrid. Deslumbrado por los focos, Sabina no vió el final del escenario y cayó de bruces ante la mirada atónita de todos los presentes.
Henchido de euforia y de un hematoma intracraneal del hemisferio derecho que terminaría remitiéndolo a un quirófano del hospital Ruber Internacional de Madrid, el autor de “Mentiras piadosas” quiso seguir con el espectáculo a pesar del dolor.
Los médicos que lo atendieron in situ, sin embargo, le recomendaron que dejara de fliparse e impidieron, para fortuna del artista, que este diera rienda suelta a su voluntad. Porque como se pudo comprobar más tarde, las consecuencias de la caída eran más graves de lo que parecía en un primer momento; había caído mal.
Tan mal, que ha tenido que ser sometido a cirugía intracraneal y sigue en la Unidad de Cuidados Intensivos, aparentemente fuera de peligro pero bajo vigilancia.
El brillante letrista a la vez que infame defensor de la tortura animal ya no solo cae mal en los círculos animalistas, sino que también lo hace en los escenarios.
Y como en el mundo de la farándula todo detalle es noticia, un popular diario de tirada nacional ha dedicado un artículo de más de 350 palabras a contar que, según un amigo suyo, el escritor Benjamin Prado, lo primero que hizo el famoso cantautor nada más despertarse fue pedir un cigarro en la Unidad de Cuidados Intensivos.