-"Pero poco he de poder yo si no te meten en un correccional" (pág 27), le dijo la abuela a Caridad. Y la metieron. Mariaje López, con un lenguaje contundente y dulce, traduce los contratiempos, la amargura, esa desesperación adolescente que navega entre lágrimas hasta que un día, no se sabe por qué, una deja de llorar para convertirse en resiliente. El testimonio atrapa desde la primera línea, incluso para los profanos que aún no conocen la realidad de lo sucedido hasta mediados de los 80. ¿Cómo pudo ser?. El dictador estaba más que muerto y enterrado cuando aquel falso valle de las caídas permaneció vigente sin que nadie cuestionara absolutamente nada.
Hambre, malos tratos, vejaciones varias, suicidios de compañeras, el ingreso de las rebeldes en el psiquiátrico de Ciempozuelos, fugas...
-"¿A qué sabe el suelo mugriento?. A indefensión, a barro amasado con lágrimas y cocido con rabia" (pág 50). Y así eran obligadas a lamer el suelo, limpiar mierda y someterse a los castigos más humillantes. Leer de nuevo cómo las monjas colocaban ortigas en las partes íntimas de las internas es un azote de realidad que me contó Mikae hace más de ocho años, y la pusieron en duda... ¡ en duda ¡ ....la verdad sólo tiene un camino y acaba aflorando por encima de toda negación.
-"Vosotras, la próxima vez que me levante, fijaos en las puntas de mis dedos. A las sonámbulas se nos ponen las pupilas en las uñas. Por eso caminamos con los brazos extendidos y las manos abiertas: vemos por ahí, por las uñas" (pág 78). Semejante esperpento en boca de una interna sonámbula no me sorprendió al recordar a Raquel, mi compañera, que dormía con los ojos abiertos de par en par, en busca de otra realidad partiendo de lo oscuro.
Nosotras sabemos que todo era posible y que podían hacer lo que quisieran con las internas. Traslados, desapariciones, castigos ... "la crueldad genera crueldad, y los marginados, también marginan" (pág 98). Sabias palabras (¿vive Dios? ) , para quien lo sufrió en primera persona hasta los trece años y cuya asignatura pendiente ha supuesto cinco décadas de profunda reflexión al respecto hasta lanzarse al teclado a escribir sin pausa, aquí está "Por Caridad", una obra extraordinaria que no sólo me ha emocionado por la parte que me toca, sino por el hecho de encontrarme ante un talento literario extraordinario. Gracias, compañera.