Se paseaba por las ramblas vestido de chulapa madrileña, con el pañuelo blanco y un clavel rojo en el centro. Su traje de azul de lunares blancos y el abanico que agitaba maravillosamente, sorprendía a todos los viandantes. Cuando Pepe comprobaba que le miraban, se levantaba la falda y enseñaba su trasero desnudo.
Acostumbraba a desayunar en el Bar del Pí, donde le conocí. Convirtió su pequeña mesa en un lugar único donde se generaba la tertulia. Todos querían conocer a Ocaña, antes y después de que Ventura Pons rodara ?Ocaña, retrat intermitent?, una película para él , donde hablaba sin tapujos sobre su vida. Pintaba unos cuadros enormes tipo naif, llenos de colores, plasmando la misma alegría que él emanaba. Su casa de la Plaza Real era como el metro, entraba y salía todo el mundo .
Estuvo detenido por escándalo público junto con varios actores del grupo teatral Joglars.
Jaleó y llenó de colores una Barcelona que empezaba a renacer.
Se desnudó en unas jornadas libertarias recitando poemas. Había que tener mucho valor para hacerlo entonces ó ser un gran provocador. Pepe era las dos cosas.
Gritaba cuando se encontraba con alguien : ?Ayyyy déjame que grite porque esto es demasiaooo?, gritaba cuando algo le hacía gracia. Era un alarido permanente , la diversión personificada. Y se fué , divertido , un 23 de Agosto de 1983, disfrazado de sol en las fiestas de su pueblo. Una bengala incendió los materiales frágiles que le adornaban y murió abrasado. Pocos días antes había escrito en su diario: ?El 15 de Agosto, la fiesta de la Asunción, sale la reina de los cielos por la calle, todo el pueblo se llena de fiesta, es maravilloso: Hay flores por todas partes, trescientas niñas con alas de plumas y cestos de flores, la banda de música y esa virgen barroca...Como andaluz me fascinan los cementerios, las tumbas y las mujeres cuando lloran. Cuando alguien moría. Íbamos a ver el muerto en el ataúd?.
Todavía, en la que fué su casa de la Plaza Real, quedan unos ángleles pintados por él en las paredes. Sus cuadros, una explosión de colores, eran como él. Naif y salvaje, provocador, escandaloso, auténtico y homosexual. Pepe ha sido el primero y el verdadero orgullo gay. Creó su propio ambiente privado cuando no existían los lugares ?de ambiente?. Movía el abanico como nadie, porque era aire puro y fuego eterno.
Pepe fue un auténtico personaje mediático, también antes de que la frase existiera.. Como todo lo bueno, duró muy poco.
No conozco a nadie más que haya muerto disfrazado de sol. Sólo a Pepe Ocaña.
Y no creo que descanse en paz, porque debe estar liando una fiesta monumental con Lola Flores.