Lucrarse con la mentira

Sorprendido me ha dejado el último documental presentado por James Cameron y Simcha Jacobovici La tumba de Jesús. En dicho trabajo, al que los autores tienen la desfachatez de llamar histórico, se asegura sin el menor rubor que los osarios que se sacaron de la cueva de Talpiyot contenían los restos de Jesucristo y su familia.

Cultura | 26 de marzo de 2011
Angel Luna

Para mantener tal afirmación se basaban en la V invertida que coronaba la entrada de la tumba y que, en efecto, es el símbolo de los Mesías de la Casa Macabea. Lo llevaron los aproximadamente treinta y cinco Yeoshuas o Salvadores que se proclamaron en casi trescientos años de dinastía. Otro de los símbolos que aparecía era la rosa de Jericó, emblema de la Casa de Israel como la flor de lis lo es de la Casa de Borbón. Pero Jacobovici, que no se había enterado, seguía buscando la cruz cristiana o, si prefieren ustedes, la soga en casa del ahorcado.

Otro tanto puede decirse sobre las tumbas de Mariamme y Myriam. Mismo nombre en idiomas distintos, sin que aparezca por lado alguno la ?Magdalena? que tan obsesionado tiene a Cameron y de la que olvidó plantear la posibilidad de hacer la prueba de ADN a los demás hombres enterrados para confirmar o descartar con este método que fuese también su esposa.

Con semejantes muestras de conocimiento sobre simbología, no resulta extraño que Amos Klener, prestigioso arqueólogo internacional, catalogara el hallazgo, momentos antes de ser presentado, como una monumental farsa. ¡Estoy de acuerdo! El documental de marras no consiguió otra cosa que crisparme los nervios, aburrir a muchos espectadores y llenar los bolsillos de los productores gracias al ?asombroso descubrimiento?.

Y es que, en verdad, resulta asombroso que se consideraran enterramientos simultáneos a osarios en los que daba igual que las inscripciones apareciesen en griego, latín o arameo. Como en una torre de Babel cualquiera, o en una coctelera de Chicote, que para el caso es lo mismo, confundían la Dominación Griega con la Romana, y ambas con los gloriosos tiempos de la independencia patria.

Claro que, en esto de las chapuzas mediáticas, son veteranos. Así lo demuestra el documental que Jacobovici emitió en Discovery Channel el año 2003 con el título El hermano de Jesús. Tan pronto como terminó su emisión, una comisión de arqueólogos de la Israel Antiquities Authority y del Geological Survey of Israel, decretaron que el sepulcro al que Jacobovici hacía referencia era real, pero la inscripción en la que puede leerse ?Santiago hijo de José? es falsa. El propietario del osario, Oded Golan, fue arrestado por falsificación de antigüedades.

En conclusión. Creo que por los símbolos que se hallaron en la tumba y por las pruebas objetivas que aportaron los arqueólogos, los enterramientos pertenecían a miembros de la dinastía Macabea y que entre ellos se encontraba un Jeoshua o Mesías. Sin embargo, no considero, bajo ningún concepto, la posibilidad de que se tratara de Jesucristo, dado que, según la ley y las tradiciones judías, un ajusticiado jamás habría sido enterrado entre los miembros ?puros? de la Casa. Dicho lo cual, espero que, cuando vuelva a producirse un hallazgo de esta categoría, no nos lo estropeen los patosos de Cameron y Jacobovici.

 


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