Nuevo acto antisistema en Barcelona

Cuatrocientos dieciocho activistas antisistema -que no "okupas"- ocuparon el viernes el edificio del antiguo cine de Via Laietana de Barcelona. Según el Conseller de Interior de la Generalitat, Felip Puig, "Se ha acabado la impunidad para quienes piensan que ocupar propiedades privadas y alterar el orden público forma parte del paisaje de Barcelona y Catalunya", ha abundado el Conseller en declaraciones a los medios en una visita a Puig-reig (Barcelona).

Actualidad | 24 de enero de 2011
Consuelo G. del Cid Guerra

El Conseller ha felicitado a los Mossos d´Esquadra, asegurando que su actuación ha sido "impecable" puesto que -al parecer- ha impedido que los antisistema -repito, que no "okupas"- pudieran repetir la acción de la pasada huega general, en la que ocuparon el antiguo edificio de Banesto en Pza Cataluña.

Vamos muy mal, conseller. Eso de "advertir" me suena a señal con el dedito, lista negra, expulsión de clase o castigo sin patio. Y si pasamos de sus advertencias a felicitaciones policiales supuestamente impecables, es que ya me pongo en lo peor. Encima nos cuenta que todo el proceso se realizó correctamente, es decir, lo normal convertido en excepción si se trata de acciones policiales, aunque puedo llegar a entenderlo como "saneamiento corporativo" si recuerdo la actuación de los mossos en la manifestación anti Bolonia o durante el desalojo del Banesto ocupado -una vez más: no okupado-: a porrazo limpio, sembrando el pánico como Rambos recién salidos del gimnasio con ganas de bronca, repartiendo e impartiendo hostias a periodistas, ancianas y peatones en general, es decir, a todo bicho viviente, incluídos manifestantes, faltaría más. Pero esta vez los mozos se han portado bien y el conseller nos lo cuenta: Es para nota. Hay que dejar constancia del día en que no pegaban.

Mire usted: Los antisistema no opusieron resistencia y abandonaron el cine, así de sencillo. Por tanto, la actuación de los mossos no daba para más. Advierta lo que le parezca, porque se ocuparán otros espacios. Puede que no de forma tan célebre como Banesto, acción que resultó una obra de arte, seguida por miles de personas -ahí les duele- . Les hace una pupa sospechosa y se mean en los pantalones. Hablan de grupos minoritarios aunque se trate de miles, criminalizan a todo antisistema metiendo en el mismo saco a okupas, black block, tribus urbanas varias y plataformas anticapitalistas en general, que para eso, juntos y revueltos, se lo ponen a huevo cuando se queman coches, autobuses o containers de basura. Ahí les viene al pelo lo de la resistencia a la autoridad, actos vandálicos y demás, extendiendo su discurso casi como experiencia religiosa cuando hablan de drogadictos promiscuos o promiscuos drogadictos, gentuza asocial que ocupa lugares sólo para fumar porretes y echar unos cuantos polvos. De esos -que los hay- no encontrarán ni uno en las ocupaciones de los verdaderos grupos antisistema. Son -y lo saben- los que siguen a Enric Durán Giralt, los que se desnudaron ante la bolsa de Barcelona, los que sacan todo su dinero de los bancos invitando a que lo hagamos el resto de los mortales. Los que nos informan de la gran estafa bancaria y a cómo defendernos de ella, los que crean plataformas de trabajo para enfrentarse a la crisis, los que organizan huelgas, los que ocuparon Banesto, el hotel Mandarín, también el Ritz durante algunas horas, y ayer el cine de Vía Layetana. Los únicos -en resumen- que tienen los suficientes cojones para iniciar una revolución.


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