Funerales de lujo, egregios hijos, ex yerno, yerno todavía legal vigente pero ante una extraña confusión... se ha puesto tierra de por medio, la sospecha está tan servida como sembrada- y nuera modelo de estética que acabará consiguiendo parecer modelo de virtudes (¿Teologales?).
Su árbol genealógico actualizado, casi moderno : Entre Marichalar, Undargarín y Ortiz, la progenie imprime carácter, aunque nunca será lo mismo ser infanta que princesa. Nuestro Rey reina, pero no gobierna, aunque se le otorgue tratamiento de Jefe de Estado. Es entrañable -monárquicos o no- y cuenta con una enorme dosis de cariño por parte del pueblo Español. Quizá lo de "pueblo" resulte aquí y ahora más adecuado que nunca. Somos la larga crónica de un pueblo asustadizo que se cae a pedazos y derramaría lágrimas de sangre ante la muerte de su Rey. Y España, mañana, no sería republicana, porque eso cuesta un dineral y no está el horno para bollos, pero que tampoco nos alteren la temperatura porque podría salir el sol -cara al ídem- por Antequera.
Hablando de pasta -que es una ordinariez, ya lo sé-, la boda de nuestro príncipe con una plebeya, chica de andar por casa cuyos pasos y poses han cambiado mucho ( esa boda costó una fortuna mas lo que cuelga, puesto que no es lo mismo casarse con alguien de sangre real o simplemente noble, que con la vecina del quinto, como quien dice, o mejor dicho, como lo digo yo). La palabra "plebeya", como la palabra "paya", tiene ciertas connotaciones peyorativas, a pesar de que las asumimos con cierta facilidad. Pero vamos al Tajo, que no quiero desviarme: El enlace real con Letizia Ortiz se llevó un pastonazo por delante y por detrás, porque no es lo mismo traer puesta la corona de otro país -sin ir más lejos y nunca mejor dicho- o el titulito lugareño de andar por casa hasta llegar a la corte- que la chica de al lado, cuya familia es inmediatamente asumida -y presumida- por la corona, en tanto y cuanto precisan de seguridad -por ejemplo- vestuario, vivienda, coche y trabajo, acordes con su nueva situación. Todo cambia. Absolutamente todo. Y en ese todo y más, pagado por nosotros a golpe de Agencia Tributaria con impuestos puestos, resulta que la peña Ortiz vive mejor que nunca. No está mal el apaño, pero podían haberlo consultado, digo yo. Me refiero a una consulta lógica : Referéndum al canto :¿ Quiere ud que España continúe siendo una monarquía o no... Y nos atendríamos a las consecuencias sin necesidad de secuencias histriónicas sobre los modelitos de la periodista asturiana convertida en princesa, sobre su saber o no estar y bajo el perfil de una nariz recientemente recauchutada. Desde mi sincera Mente no pretendo meterme con ella porque me de lo mismo si se desliza o me atropella porque el día que la pierda yo no sufriré por ella, si aparece o si se esconde, si se marcha o si se queda, miriñaque de diseño, principio de una anorexia o discurso a medias tintas, insisto, porque su boca se equivoca -como la de todos los mortales- , pero cuesta un imperio cada uno de sus ya reales movimientos.
Por lo que a mí respecta, larga vida al Rey, pero tras él, la posibilidad de una bandera tricolor : Un ajuste de hechos por derecho.
Viva la República.