Westerwelle , de tendencia homosexual (por la cual sus adversarios - que no son pocos - le suelen llamar ?Schwesterwelle? en alusión a la palabra ?Schwester ?= hermana ) aboga por una política económica ultraliberal. Actualmente en las encuestas, el FDP consigue un 17 % lo que sería duplicar practicamente los votos con respeto a las últimas elecciones federales del 2005.
En la anterior campaña electoral , Westerwelle hizo el ridículo al viajar en un tren especial por el país - por todas partes ponía en único eslogan electoral del partido : ?18%?. Lámparas con el 18%, la suelo del zapato de Westerwelle con el 18%, gorras con el 18%, camisetas con el 18%., corbatas con el 18%.
El resultado final fue :9,8 %! Westerwelle era el hazmerreír de la nación ¡
¿Es muy popular el FDP ahora ¿ No. Simplemente, la mayoría del electorado conservador no está de acuerdo con la política ? teóricamente de izquierdas -de Angela Merkel. Al gobernar en coalición con los socialdemócratas Merkel ha introducido elementos excesivamente progres para los conservadores de su partido. En la crisis, Merkel parece indecisa, vacilona, sin determinación. Y sobre todo siempre pendiente de su socio parlamentario : el SPD.
La nueva coalición que previsiblemente nacerá tras las próximas elecciones será de la CDU con el FPD. Las promesas electorales de Westerwelle son las clásicas recetas de la derecha : bajar impuestos, abolir parcialmente el estado del bienestar (7.2 millones de alemanes viven de la asistencia social ) y reformar el estado dando mayor protagonismo a las empresas .
El FPD ya estaba en el poder desde 1949 hasta 1998 (sic!) gobernando con diferentes socios. La coalición de socialdemócratas con verdes les dejó fuera del gobierno entre 1998 y 2005. En la ?gran coalición ?actual tampoco tenia cabida. El estado alemán , siempre proclive a regalos electorales, tiene una ?industria social? extrema : una familia en paro con 2 hijos cobra de carácter vitalicio casi 2000 ? netos al mes lo que es superior a muchas rentas bajas de personas trabajando . Con Westerwelle se prevé un giro radical. Hacia un estado más delgado, hacia el libre despido (que funciona con excelentes resultados en Dinamarca) y a favor de las rentas altas.
En materia europeo y en política internacional , no obstante, el perfil de Alemania no sufrirá grandes cambios ; quizás el país podría conseguir por fin la anhelado sede permanente en el consejo de seguridad - conjuntamente con Japón - lo que sería muy positivo para el buen funcionamiento de Organización de las Nacionales Unidas.