A efectos prácticos esa apreciación podriá desembocar en un rebaja del rating de solvencia (?downgrating?) que afectaría muy directamente a todos los partícipes del sistema financiero; si bien es cierto que el endeudamiento de ?Reino de España? es comparativamente bajo con un 70%, los ratings miden exclusivamente la capacidad financiera futura; es decir, el deudor, sea público (Estado o CCAA) o si es privado (bancos y empresas) será capaz de devolver la deuda contraida a tiempo ¿
El conjunto del endeudamiento ronda los 1.8 billones de ?, el equivalente a 180 % de PIB. Con una tasa de desempleo del 20 % y una disminución de la actividad acompañada de un déficit presupuestario superior al 10% la futura capacidad queda muy limitada. Además queda pendiente el ajuste de los precios inmobiliarios - todavía sobrevaluados en un 55% según los analistas , así como las prometidas reformas estructurales. El horizonte es poco halagüeño en estas circunstancias
Dicho de otra manera : si la economía no crece ni inyectando un 10% del PIB, su capacidad real de crecimiento es extraordinariamente baja o nula. Y sin crecimiento la solvencia financiera no parará de disminuir.
Otros países ya han acometido duras reformas muy profundas; por ejemplo, el gobierno alemán, de tendencia centro derecha, ha modificado la Constitución para prohibir totalmente cualquier nuevo endeudamiento. Las reformas laborales empezaron ya en los años 90 con unos ajustes muy duros para los trabajadores no cualificados. Todo se hizo con la perspectiva de aumentar la competitividad.
El gobierno español está siguiendo justamente una línea contraria a las reformas : en medio de la mayor crisis desde la postguerra , los salarios reales españoles subieron en 2009 un 3.9% restandole aún más competitividad a la economía española.
En el caso de producirse el downgrating, el conjunto de los partícipes españoles tendría que pagar un tipo de interés muy superior al actual que está marcado por la excelente calificación del ?Reino de España? con un AAA.
Cabe destacar que un 2 % más de intereses paa atender el servicio de la deuda española equivale a unos 36.000 millones de más gastos para el conjunto de la economía. Si restamos ese aprox. 3.5% más al PIB ya de por si bajo, se podría iniciar una peligrosa espiral a la baja.
Pero aparentemente los políticos españoles prefieren esconder este y otros peligros dando prioridad a la ?llei de vegueríes? , prohibición de toros y la nueva Diagonal convertida en un parque para bicicletas. Ni los sindicatos, ni tampoco la oposición están a la altura de los futuros acontecimientos.