Lunática: Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto

Lunática: Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto

"Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto" es una extraordinaria película de Agustín Díaz Yanes. Se estrenó en 1995, y salí del cine con una inmensa sensación de derrota: cierto título, arrasador y doliente.

Cultura | 24 de abril de 2022
Consuelo G. del Cid Guerra

Aquella misma noche, supe que nadie, absolutamente nadie, hablaría del Patronato de Protección a la Mujer, por tanto, tenía que hacerlo yo. Pero no estoy aquí para hablar de mis libros, sino de "Lunática", una obra de Andrea Momoitio que no he podido dejar de leer hasta el final, tal vez llevada por la causa que me asiste. Amanecía en Madrid cuando devoraba las últimas páginas, sin dejar de repetir un nombre: María Isabel.

Portada del libro Lunática de Andrea Momoito

Andrea Momoitio ha rescatado del olvido la historia de una mujer que pasó por ese infierno con una delicadeza encomiable que llega al corazón. La obra late, se siente, y es un trabajo de investigación exquisito como pocos. Basta conocer el entramado de aquella institución fascista para recorrer sin esfuerzo el final de una existencia que podría haber sido otra. Del reformatorio de las Oblatas a todo el abanico represor, porque así nos llevaban, como maletas rotas, negando toda raíz que se arrancaba de cuajo para recordarnos constantemente que no éramos nadie. Nada.

Rebeldes, díscolas, insurrectas ( jamás "descarriadas"), pensadoras, descaradas, distintas a todo lo entonces establecido. 

El recorrido vital de María Isabel en manos de Andrea Momoitio sitúa en en tiempo con absoluta precisión, y aunque la autora insiste en precisar que se trata de su primer libro, puedo asegurar que nadie - hasta la fecha- , ha sabido tratar con semejante delicadeza el asunto. La narración atraviesa el alma, sonríe al borde de unas lágrimas harto derramadas por todas nosotras, negadas hasta la saciedad para ser juzgadas con el paso de los años, porque "algo habrías hecho para estar allí". Y claro que hicimos, e hicimos tanto, contra todo y contra todos, que nos tocó padecer un sistema penitenciario oculto contra las mujeres. 

María Isabel rompió cristales, destrozaba sillas, arrancaba de cuajo el lavabo de su celda, al más puro estilo "Alguien voló sobre el nido del cuco". Se fugaba de psiquiátricos, reformatorios y comisarías , en busca de su lugar en el mundo. Las eternas pérdidas de todas las "perdidas" que el Patronato no pudo domar, están perfectamente reflejadas en "Lunática". Ignoro cómo y por qué se decidió por esa palabra tan sumamente acertada. "Tienes la cabeza llena de pájaros, eres una lunática, estás loca, bolchevique, roja, comunista...". Sí, Andrea, eso nos decían. Lo has captado de tal forma que estremece. Y has conseguido que el nombre de María Isabel, contra todo pronóstico, sea pronunciado después de muerta. Los libros son eternos, y tú, ya has pasado a la historia como la escritora que eres, inmensa, rotunda y terriblemente certera. Muchas gracias.


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