De la mano de Algón Editores y tras su presentación en Madrid, el pasado 24 de septiembre, de su novela "Librada", Consuelo García del Cid Guerra nos responde algunas preguntas sobre su última obra, su génesis y algunos detalles de su mensaje.- ¿Cómo surge Librada? - Ese nombre lo escuché hace más de veinte años durante una llamada telefónica. Hablaba con una persona que dijo: Librada, dame un bolígrafo. Me quedé con el nombre, sabiendo que se trataba de una criada, e inventé un personaje. Con el tiempo he llegado a quererla mucho. Casi me la creo. Librada es una gran representación del escenario femenino. Mi intención era escribir una historia sobre la doble moral a través de ella.
Cultura | 27 de septiembre de 2014- La doble moral de una familia catalana...
- Sí. Los Valls. Una encerrona que intento describir desde el interior, algo bastante frecuente en determinados escenarios burgueses. Al leerlo incluso escandaliza, pero es muy habitual. Ese striptease familiar parece que duele. Me han llamado muchas personas identificándose por completo. La verdad es que no esperaba tanto y reconozco que este libro ha sido una apuesta de la editora.
- ¿No era una apuesta tuya?
- No. Librada era una novela de cajón que Algón me hizo sacar. Yo la tenia guardada. Me dejé llevar por los que saben, yo solo escribo. Y es la primera vez que he leído un libro mio, cosa que nunca hago. Entrego la obra y adiós, pero esta vez he leído mi libro como si fuera de otro para convencerme de que Librada tiene vida. Y Algón tenía razón, la tiene.
- ¿Cómo creaste la historia?
- La tenia en mi cabeza dando vueltas y empecé muy lentamente a darle forma. Quería plasmar la esencia, la simiente de la doble moral, a partir de un personaje de ficción. En literatura se dice que todo es puro artificio, pero no estoy de acuerdo. La realidad supera toda ficción. Al final, casi todo es real.
- El libro ha tenido una gran acogida. ¿Esperabas esto?
- No. Las novelas costumbristas ya no están de moda, y Librada lo es. Pero no sigo las modas, soy incapaz de escribir sobre algo sólo porque sea lo que vende. No pienso en eso, creo en mis historias. Y tener una es muy, muy difícil.
- ¿Librada podría ser cualquiera?
-Por supuesto que no. Librada es una buena persona, y eso no abunda. Sus decisiones son grandiosas, y ella se construye a partir de la figura del señorito. Los Valls sí podrían ser cualquiera, es un patrón muy común.
- Confieso que el final es casi mágico...
- Lo es. Me llevó meses ese final. Le estuve dando la lata a mi amigo Jordi Mata, "no lo tengo, no me sale", le decía. Meses. Buscaba un final insólito y feliz.