Coelho y su "Ser o no ser"

Coelho y su

Mientras apagaba un cigarrillo -vaya usted a saber cuándo- en la pierna de su novia para comprobar si le amaba, no sé en qué parte de su mundo se encontraba El Alquimista. No lo sé, puesto que no leo a sujetos que maltratan. Dicen que nació casi muerto -casi- en un enjambre coprofílico y de líquido amniótico, lo cuenta él ,a saber, porque contando, es un mago.

Cultura | 09 de enero de 2013
Consuelo G. del Cid Guerra

De niño -que no de joven- organizaba sectas secretas. Menudo entretenimiento. Dejó a Charles Manson convertido en un puro amateur. Conducía sin carnet -por algo es mago- y se dio a la fuga tras atropellar a un tipo al que casi mata. Ahí, es nada,mago. Decía tener un ángel de la muerte al que "calmaba" con pequeños sacrificios, como degollar la cabra de un vecino con ritual incluído de su secreta secta.

El bueno de Paulo pasó por tres psiquiátricos. Papá y mamá ya no aguantaban más. Electroshocks al canto. ¿Ya escribía?... no. Empezó tarde. Indujo al suicidio. También. Y él lo intentó tres veces. Consumió todas las drogas entonces existentes. Se "hizo" homosexual (excuse-moi ¿cómo se hace?) según él para "descartar inclinaciones" por lo que debo presuponer que igual que "se hizo", se "deshizo". Al colectivo le deja bonito.

Dice que su propio pasado le asusta -Menos mal-. Se convirtió en discípulo de Aleister Crowley y su satanismo. Una joya. Puede que de ahí, lo del demonio y la señorita... Crowley, aposado Frater Perdurabo y la Gran Bestia 666, iba de mago ceremonial y místico. Muy Coelho. O mejor dicho, Coelho muy Crowley. En esa época, nuestro maravilloso escritor favorito tuvo un esclavo joven. Sí, han leído bien: Un esclavo.

¿Habrá sido indemnizado el esclavo, la novia, la cabra?. No creo. No. Porque todavía no escribía. A los 39 años decide hacer El Camino de Santiago. Le dió por ahí. Pudo haber ido a Lourdes, al Rocío, o hacerse trianero. Pero no. El Camino seconvirtió en su particular epifanía, y antes de los 40 decidecumplir el sueño que -según él- tenía desde los 13: Escribir.

Al parecer, su segundo libro, Manual práctico de vampirismo, no lo escribió Coelho, sino alguien registrado como Torinho Buda. Tal vez, su negro. Perdón, esclavo.

Y como quien no quiere lacosa, atrás quedaron los psiquiátricos, las detenciones, los sacrificios animales y humanos, Satán, el ser o no ser homosexual, las drogas...y una fama mundial convertida en -nada menos- que ciento ochenta millones de libros vendidos, entre los que no están mis compras, y ahora entiendo por qué.

Nunca me lo he creído. Jamás le cité. Presume de vida antiética y de ser un loco disciplinado. Podríamos, claro está, separar eso de autor y obra. Pero como su obra no me atrapa lo más mínimo y desde su aparición me pareció un personaje perfecto como gurú de masas, instructor moral de pueblo llano experto en nuevos dioses, droga literaria blanda, catecismo del ágrafo y sostén del estrenado budista cinta roja en muñeca, nada de él me sorprende. Es más: Encaja.

Recuerdo una excelente película de Jaime de Armiñán: Stico (1985). Fernando Fernán Gómez interpreta a un viejo profesor jubilado que se encuentra al borde de la indigencia. Un antiguo alumno suyo decide convertirle en su esclavo. Stico, catedrático de Derecho Romano, accede a cambio de comida y techo. Me pregunto si el esclavo de Coelho sería lo mismo. Me temo que no, casi tanto como a él le aterroriza su pasado.


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