Y ha pasado un año. Por la boca muere el pez, torero. Será que el chiquillo se ahoga en un vaso de agua o le agobian los acuarios. A saber.
Meses más tarde le puso una querella a Charo Vega, papeleo que llegó ayer por la mañana a sus manos. Acabo de hablar con ella:
-Este chico no tiene memoria, porque si la tuviera, recordaría cuántas veces me ha dado las gracias por cuidar de su madre. Vamos, que si pidiera yo ahora porcentaje de las ayudas prestadas ...como cuando me fuí a Marraquech en avión privado, que estaba Carmen sola con Juliancito y dos petit suisses en la nevera, por no hablar de la operación de Belén...
-¿Estás triste?
-Siento pena. La misma de hace cuatro días, cuando coincidí con él en Sevilla. Ni siquiera se dignó saludarme. Con lo fácil que habría sido hablar. Pero por favor, si he crecido en casa de Antonio Ordóñez ...
-¿Cuánto te pide?
-Sesenta mil euros, por un supuesto delito contra el honor y el derecho a la intimidad. La querella se extiende a Tele5, Antena3 y sus correspondientes productoras. ¿Acaso he demandado yo a su tía Belén o a Lolita por hablar de mi vida en sus memorias?... por cierto, el epílogo de "Recuerdos", lo escribí yo.
Qué cosas tiene el querer. Lo digo porque en las imágenes que aquí se reproducen, Fran Rivera declara que quiere y -lo que es más- adora a su tía Charo. Mientras tanto, ella calla. Se despachó en su momento y eso es lo que le duele al torero.
"Mira, niño, tú no te preocupaste de conocer a tu madre. Eres un híbrido".
Y seguirá sin conocerla. Porque quien le niega el saludo a Charo Vega, está dando la espalda a Carmen Ordóñez.