En febrero de 2009, 30 años después de que las tropas vietnamitas invadiesen Camboya, comenzó el juicio contra "camarada Duch", principal torturador de los Jemeres Rojos . Kaing Guek Eav de 63 años, conocido por el alias de ?camarada Duch?, hoy convertido en pastor evangelista, admitió su culpabilidad cargado de remordimientos y pidió perdón a las víctimas y al pueblo de Camboya, pero no supo explicar el por qué de sus actos.
Internacional |
22 de febrero de 2009
Relató que ordenó, por falta tiempo, acelerar las ejecuciones sin interrogar antes a los detenidos, y describió las torturas a las que fueron sometidas sus víctimas, señalando que "al final les cortábamos el cuello, les matábamos como a pollos".
En la actualidad quedan media docena de responsables con vida, el camarada Duch es el primero en ser juzgado por un Tribunal Extraordinario creado a tal efecto en 2001.
Entre los detenidos, además de Duch, se encuentra Nuon Chea, de 82 años, el número dos de la jerarquía de los jemeres rojos y mano derecha del que fuera el máximo líder, Saloth Sar, conocido como Pol Pot, quien falleció en abril de 1998 sin revelar los motivos que su atroz exterminio.
Los jemeres rojos surgieron en los años sesenta como ala militar del Partido Comunista camboyano, que llegó al poder tras acabar con la dictadura del general Lon Nol (1970-1975), promovida por Estados Unidos. Gobernaron el país asiático desde el 17 de abril de 1975 al 6 de enero de 1979, su líder, Saloth Sar ?Pol Pot? , rebautizó a Camboya como ?Kampuchea Democrática, y la aisló del mundo, prohibiendo el dinero, la propiedad privada y las prácticas religiosas; quemó bibliotecas, abolió las medicinas e incluso prohibió usar gafas por considerarlas un símbolo de ?intelectualidad?.
Hoy unos criminales octogenarios, tras 30 años de impunidad, serán juzgados en medio, como casi siempre, de la doble moral y la hipocresía occidental. Los Estados Unidos, que junto con Canadá, Australia y Francia son los grandes promotores de este juicio, apoyaron en su día a los jemeres para deshacerse del molesto régimen del vecino vietnamita, mientras tanto China sigue hoy oponiéndose a este juicio para no tener que enfrentarse a sus propios fantasmas del pasado.
Si el régimen jemer fue derrocado hace tres décadas sus consecuencias todavía perduran y perdurarán en el recuerdo como uno de los regímenes más crueles que jamás han existido, siendo responsables de la exterminación de casi dos millones de personas, un tercio de la población camboyana. En régimen de Pol Pot fue devastador convirtiendo a toda una nación en un gigantesco campo de concentración, abriendo heridas que a pesar del tiempo transcurrido todavía no han cicatrizado.