Gurrea, el negacionista
Ese perfil esperpéntico que acompaña la risa sarcástica por tantos conocida. Ese ser que hace pública la ofensa y camina bajo su secreto oscuro. Ese fascismo cubierto de memoria que conoce lugares, nombres, datos y detalles.
Opinión | 03 de mayo de 2012Consuelo G. del Cid Guerra
Doctor Gurrea, maestro del negacionismo. Esa postura correcta que destila el olor a presión, la mano negra y su fuerza inhóspita. Ese sujeto que -en nombre de la medicina- niega los niños robados en España. Me temo que el "arrepentido" acabará siendo él, cuando el ejército de colegas invisibles que lleva detrás, le dejen más sólo que un tonto a las tres. Resulta que miles de personas -madres e hijos, hijos y madres- decidieron un día inventarse la historia porque no tenían otra cosa que hacer. Se atreve, incluso, a insinuar que tras ello existe un fin económico. Osa sentenciar tales barbaridades que por muy poquito, Gurrea, no niega el holocausto como continúan haciéndolo miles de alemanes.
Lo lleva escrito en la cara, Gurrea. No se reconoce ni siquiera a sí mismo como conductor de sentencias personales que no duda en hacer tan públicas como impúdicas. No conoce los pasadizos extremos del dolor de tantas, tantas madres. Ignora el salvoconducto que bajo el manto y mando de la santa madre iglesia, su dios, sus monjas y comadronas, desviaron sin escrúpulo alguno el camino de la naturaleza. "Madre, he aquí a tu hijo. Hijo, he aquí a tu madre". ¡Caray!... muchos años más tarde, resulta que no es tu hijo, y ese hijo busca a su madre. ¿Quién vació las tumbas? O -mejor ¿Quién fingió un entierro sin niño muerto...? estaban vivos, Gurrea. Tanto como lo estamos nosotros, aunque uno de tus colegas se dedicara a mostrar a la madre un bebé congelado mientras comerciaba con su recién nacido. ¿Dónde su mala conciencia? ¿En nombre de qué bien? ¿Cuándo la obra de caridad...? porque el "cómo", ya lo sabemos. No vengas a negarlo tú con semejante desfachatez. Estás hecho a imagen y semejanza de esa España negra que tantos insistimos en no olvidar jamás.
Sigue con tu trabajo. Continúa reconstruyendo hímenes de "moras y gitanas" (tal cual lo expresas):
