Cárcel de alquiler para un joven marroquí

Un joven marroquí de 33 años se encuentra ingresado en una residencia de ancianos desde hace dos años, tras sufrir un accidente de tráfico en 2009 que le ha dejado serias lesiones cerebrales de las que en los últimos tiempos se ha recuperado de forma notable. Pasó varias semanas en coma, y el Juzgado número 2 de Palencia decretó su ingreso en dicha residencia ?de carácter privado- cuyos costes mensuales debe abonar él mismo con la pensión de invalidez que le ha sido concedida. No se le permite salir ni siquiera acompañado de la única visita que recibe, su amiga Dolores, que ha movido cielo y tierra para que la situación cambie, puesto que actualmente, él puede vestirse y asearse sin ayuda, habla y entiende tres idiomas y podría estar en un centro adecuado para casos similares, con libertad para entrar y salir.

Opinión | 18 de octubre de 2011
Consuelo G. del Cid Guerra

Tras solicitar Dolores un permiso al Juzgado para poder sacar al joven algunas tardes de paseo, le ha sido denegado. Las cuidadoras de la residencia, marcaron toda su ropa con la palabra ?moro?, y en sus comidas no se ha contemplado la exclusión del cerdo.

Tras un artículo publicado en el diario de Palencia planteando la situación, los directivos del centro no permiten la entrada a su única amiga: Dolores, con lo que el joven se siente olvidado y abandonado. Tampoco le pasan llamadas telefónicas. Dos reportajes en una televisión local, apuntan que ?según la residencia- ?ella no estaba cuando sufrió el accidente y sólo apareció en el momento en que se le concede al joven la pensión de invalidez?,hecho absolutamente incierto, puesto que sólo ella se ha ocupado del chico desde el primer momento.
No ha recibido la visita de un forense que certifique su mejora, con lo cual, el Juzgado se basa únicamente en los informes del centro, mientras él continúa encerrado.
Dolores buscó un abogado con el fin de agilizar la salida, pero no se hizo posible puesto que el joven tiene su DNI caducado y no se le permite desplazarse hasta comisaría para su renovación. Ella ha solicitado un abogado de oficio y acudido al Defensor del Pueblo, además de Asociaciones contra el racismo y la xenofobia. Al no tratarse de un familiar directo, se cuestiona la intervención legal y-o privada de su única amiga, con comentarios tan sumamente despiadados como los que ha realizado el centro de ancianos con el fin de justificar una actitud absurda, prepotente al tiempo que cobarte, y carente de la más mínima sensibilidad.

En este lento tránsito burocrático, el reloj vital de un joven de 33 años sigue funcionando. Pasan los días, los meses, y ahora, la única alegría semanal con que contaba le ha sido negada: No tiene la visita de su amiga. Ni siquiera puede ponerse al teléfono. Este secuestro legal contra la voluntad de su víctima, retrata de forma lamentable el funcionamiento de la Justicia en España:

http://www.tu.tv/videos/marroqui-en-residencia-por-dano-cerebral

http://tu.tv/videos/interno-con-33-anos-en-una-residencia-de


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